Las cuotas de pesca, o TAC (Totales Admisibles de Capturas), son límites que se establecen para la cantidad de peces que se pueden capturar de ciertas especies comerciales. Estos límites se fijan cada año basándose en estudios científicos realizados por organismos como el CIEM (ICES) y el CC STEP, que analizan el estado de las poblaciones de peces. 

Una vez decidido el TAC, la Unión Europea reparte estos límites entre los países miembros, asignando a cada país una «cuota nacional» según factores como la historia pesquera de cada nación y otros criterios específicos. 

En el caso de España, el Ministerio correspondiente distribuye esta cuota nacional entre los diferentes caladeros, según las especies que se capturan en cada zona. El reparto y la gestión varían dependiendo de la especie y del lugar de pesca. 

¿Qué pasa si se agota una cuota?

Cuando un país como España alcanza su límite para una especie en particular, debe detener la pesca de esa especie en ese caladero para evitar la sobrepesca o bien puede negociar con otro país el intercambio de cuota. 

La importancia del pescado en nuestra dieta 

El pescado es esencial para una alimentación equilibrada. La Unión Europea es el mayor mercado mundial de alimentos marinos, con un consumo promedio de 24,4 kg de pescado o marisco por persona al año. De este total, el 75% proviene de la pesca extractiva. 

Preservando nuestros océanos 

Los recursos pesqueros no son infinitos, y la sobrepesca puede poner en peligro la capacidad de las especies para reproducirse. Si no se controlan las capturas, algunas poblaciones de peces podrían desaparecer, o su pesca podría dejar de ser rentable. 

El sistema de gestión de la pesca de la UE, que es parte de su política pesquera común, ayuda a preservar la reproducción de las poblaciones de peces, crea las condiciones para una industria pesquera rentable, reparte las posibilidades de pesca, desempeña un papel clave en la conservación del ecosistema marino.